Tanjung Puting, de paseo con orangutanes

Nota: Este post debió ser publicado un 7 de julio

Nuestros primeros pasos por Indonesia resultaron cansados y cargados de muuucha paciencia. Antes de aventurarnos en el bullicio de Bali y compañía, decidimos pasar primero por el Borneo Indonesio, Kalimantan, para ver la famosa jungla del Tanjung Puting y sus orangutanes. Para ello volamos desde Kuala Lumpur a Surabaya, en la isla de Java, desde donde pudimos reservar un ferry hasta Kalimantan para el día siguiente. Y menos mal, la ciudad de Surabaya solo nos ha servido para conocer las típicas ciudades de Indonesia, grandes y sin mucho que ver...

Pequeño orangután!

Así que al día siguiente nos dirigimos al puerto, muy contentos hasta que al llegar nos enteramos de que el ferry saldría 12h después de lo previsto, en vez de a las 15h, saldríamos a la 1h de la mañana... Sin desesperarnos, pagamos 10mil rupias (menos de un euro) por un par de cartones semiplastificados para tumbarnos en el suelo (en las puertas del puerto, dentro no dejaban pasar...) junto a cientos de lugareños. Podemos decir que esta ha sido una de las experiencias que más han puesto a prueba nuestra paciencia. Los lugareños parecían de lo más acostumbrados a las largas esperas, teniendo en cuenta de que este ferry solo zarpa un par de veces por semana. Niños jugando y haciendo barullo, mayores entreteniéndose con cartas y un montón de vendedores ambulantes con sopa, dulces, fruta y souvenirs nos acompañaron en la larga espera. Aprovechamos el tiempo para hacer muchas cosas, leer la guía para planificar próximos pasos, y otros libros, dormir varias horas de siesta (el cansacio nunca me había apremiado tanto para poder dormir unas 4h en el suelo, y agustico, eh?), bostezar, beber batidos de cacao con grumos, tomar sopa, volver a bostezar... Finalmente el ferry salió a las 6h de la mañana, las 4h extras de retraso fueron de regalo!! Gracias!!

El gran Tooom

Nada más subir al ferry pagamos gustosamente un extra para tener una habitación con un par de pseudo-camas (un par de colchoncillos) y, aunque pudimos evitar el olorcillo a piés que inundó la sala común, una tropa de cucarachas puso banda sonora a nuestro camarote durante todo el trayecto con sus idas y venidas... Más paciencia... A las 19h comenzábamos a pensar en el fin del viaje cuando nos dió por preguntar a que hora estaba prevista la llegada. "Ah, sí, a las 10h de mañana más o menos, ya queda menos!" Buuuuffffff, 26h de ferry son muchas horas para convivir con cucarachas, pero lo logramos y estamos muy orgullosos!!!

Tanjung Puting

En Kalimantan llegamos a un pequeño pueblo llamado Kumai, en el que con mucha suerte encontramos rápidamente (o más bien nos encontró él a nosotros gracias a su olfato busca turistas) a Mr. Majid, propietario de varios barcos con los que hacer excursiones por la jungla y recomendado por la Lonely. Confirmamos que no había problema en salir al día siguiente y tras el pago de 266€ contratamos el viaje de 3 días por la jungla en klotok. Estos son los barcos típicos de la zona, de madera, de 8m de largo en los que los turistas nos dedicamos a conocer el lugar. Y aquí sí tuvimos mucha suerte, justo después nos explicaron que al ser época alta muchos eran los turistas que llegaban a esperar 5 o 6 días para tener klotok disponible. Y además, en el barco que cabían hasta 8 personas sólo fuimos nosotros dos 😊Al fin, bingo!!!

El más juguetón

Así fue como al día siguiente, tras comprar unos vuelos de vuelta a Java para evitar las cucarachas del ferry (el dinero a veces está para despilfarrarlo en estas cosas...), zarpamos en el precioso klotok junto a Ian (el capitán), Roger (el guía), Nor (la cocinera), y Eko (el ayudante para todo). Y es que aunque el importe pagado nos seguía pareciendo algo excesivo, nada más subir al klotok nos alegramos de haberlo hecho. ¡¡Nos trataron como reyes!! Absolutamente nada que objetar... El guía nos explicó un montón de cosas sobre la jungla, los orangutanes y otros bichos, además de contarnos también sobre Indonesia y sus gentes. El capitán no desesperó con las mil y una paradas que le pedíamos para hacer fotos de todo movimiento que veíamos en los árboles. El ayudante, además de ayudar en todo lo imaginable, nos instruyó en los grupos de música de moda entre los jóvenes. Y las comidas... Casi se nos llenan los ojos de lágrimas al acordarnos de aquellos platos abundantes y echos con cariño (nuestros estómagos estaban sorprendidísisisisimos!!) Ah sí! Que lo más interesante estaba fuera del klotok... Voy!

Tanjung Puting

Pero primero una intro... Hace muchos años, los orangutanes se paseaban por todo el sudeste asiático, pero actualmente solo sobreviven en Sumatra (isla más occidental de Indonesia) y Borneo (dónde estábamos). ¿Adivináis el porqué? Sí señor, el hombre, tan bondadoso como siempre, se ha dedicado a destruir miles y miles de kilómetros de selva pluvial, que es el hábitat de estos animales. En Kalimantan más concretamente, la explotación de las minas de oro de la zona y las plantaciones de aceite de palma siguen recortando cada año varios kilómetros a las pocas zonas de jungla que todavía quedan. En medio de todo este panorama, hace ya 40 años, la doctora Biruté Mary Galdikas (con 25 años) se fue junto a su marido a vivir al Tanjung Puting, para poder estudiar de primera mano a los orangutanes, todavía tan desconocidos en aquellos años. Allí fundó Camp Leaky, centro de estudio en el que se han asistido a cientos de pequeños huérfanos (los papás y mamás orangutanes son asesinados en las plantaciones o los pequeños son secuestrados para venderlos como animales de compañía, entre otras muchas razones...). Todavía hoy lo siguen haciendo, con la diferencia de que ya solo son capaces de dejar en libertad a unos pocos cada año, porque ya casi no hay espacio para ellos en la cada vez más pequeña jungla... Triste, verdad? Y también es muy triste que el gobierno no se canse de mirar hacia otro lado en vez de echar una mano a esta fundación (Orangutan Foundation International OFI) que ha hecho tanto por el estudio de las costumbres y comportamiento de estos maravillosos animales (por un lado, para el conocimiento global) y que paga cada año a policias para que eviten la entrada de mineros ansiosos por explorar las minas del lugar... (por otro lado, para preservar la riqueza natural del lugar) Más información en orangutan.org.

Aix, que tengo aquí...

En la visita a Camp Leaky tuvimos la suerte de conocer a la doctora (la llaman así, un poco de peli, no?) y fue todo un placer escucharla y poder hacerle preguntas. A mi su historia me ha impresionado bastante, el hecho de imaginarme su traslado a este lugar en el que no habría nada de nada en aquellos años, con 25 años, simplemente con la certeza de querer estudiar y convivir con los orangutanes (sin saber si quiera si serían peligrosos!!)... Solo pienso, "olé tú! olé tú!!!"

Lo más cerca posible...

Volviendo a nuestra experiencia, las excursión consiste en acudir a los 3 puntos de investigación de orangutanes, que permiten visitar, dónde les dejan alimentos diariamente (bananas, cañas de azúcar y leche) por si acaso en la jungla no encuentran suficiente comida. Para los cuidadores, que un día no haya orangutanes en los puntos de investigación es una buena noticia (significa que están servidos de forma natural), pero para nuestros guías el tema es diferente... Y es que estas tomas se han convertido en algo bastante turístico, y si en una toma no vienen los orangutanes... Turistas descontentos... Pero esto no es un problema, ya que los orangutanes están encantados de pasar por allá y coger bananas a lo fácil 😊Nos explicaron que los orangutanes tardaron 30 años en descubrir estos puntos de comida gratis (increible!!!) pero desde entonces son muy famosos entre ellos... A quién le amarga un dulce?? Y más si es gratis y no has de hacer nada a cambio!! En fin, todos contentos! Porque de esta forma los investigadores muchas veces también pueden seguirlos en la jungla después de que se llenen la barriga, para documentar las relaciones entre ellos, las zonas en las que se mueven, etc.

Ala! Cómo me he puesto...!

Las 3 tomas que vimos fueron los momentos más espectaculares de estos días y las 2.300 fotos que contamos al final lo corroboran...Y es que los orangutanes merecen cada una de las fotos, tantas expresiones, gestos tan humanos, miradas inocentes, recelosas, aburridas, espectantes, divertidas... No te cansas de mirarlos 😊Pero lo de acercarte nada de nada, ¡¡aunque te lo diga tu guía!! En la visita a Camp Leaky encontramos a una mami con su nene (los pequeños están con sus madres hasta los 7 años) y después de hacerles fotos y observarlos nuestro guía nos sugirió que nos pusieramos uno a cada lado de la mami que estaba tranquilamente sentada bajo un árbol. "Seguro? No pasa nada?" "Sí, sí, está tranquila, yo os hago la foto" Ni corta ni perezosa me acerco decidida y cuando estoy a dos metros, la mami se convierte en una orangutanaza con sus brazos abiertos (enormes!) y se levanta viniendo hacia mi con un apabullante sonido a beso (beso de miedo, miedito!!!) Los guías de alrededor enseguida comenzaron a gritarle para que volviera a tranquilizarse y una Ana blanca como el papel y de medio metro de altura reculó para reunirse de nuevo con los guiris que no dejaban de reirse... Aaaaaix!!! Que susto me ha dadoooooo!!! 😉

Ya están aquí los guiris y yo con estos pelos!!

Otra cosa que tampoco ha de hacerse nunca es situarse entre un macho y una hembra. O entre un macho y otro macho... Esto lo descubrimos en otra toma, normalmente duran una hora, pero nos quedamos una hora más para ver si teníamos la suerte de ver al gran Tom, orangutan rey de esa zona. Primero apareció Gonoroko, el segundo rey. Un orangutanazo enooorme (llegan a pesar 120kg, y las hembras solo 45kg) que disfrutó de la comida tranquilamente hasta que escuchamos... Pum! Pum!! Pum!!! Os prometo que retumbaba el suelo cuando apareció el gran Tom a la carrera para echar a Gonoroko del lugar, y los dos partieron en una persecución por lo alto de los árboles (parecía que fueran a destruir media jungla, ya os imaginaréis con esos pesos saltando de árbol en árbol a la carrera) hasta desaparecer en la lejanía mientras los guiris no conseguíamos cerrar la boca del estupor...! Uuuuuooooouuuuu!!! Que grandes!!! Tuvimos la suerte de que Tom volvió al cabo de 10 minutos (imagino que Gonoroko ya estaría 3 vecindarios más allá...) y nos deleitó con su presencia. Primero se colocó de espaldas, como pidiendo intimidad, pero como los paparazzi somos de lo más pesados fotografiándolo desde cada esquina, finalmente se giró para mostrarse en pié con toda su amplitud... "Ala, como se luce, eh" "Nooo, es que detrás de vosotros está viniendo una hembra!! Apartaros!! Rápido, rápido, rápido...!!" Jooooo, este Tom que sustos nos está dando!!! Pero estas son las maravillas de ver a los animales en libertad, el sentir como son ellos los que dominan su ambiente y nosotros simplemente unos extraños privilegiados de poder verlos... Increible experiencia!!

Creo que este es el inicio de una gran amistad...

Además de estos episodios, pudimos disfrutar de la jungla en todo su esplendor (dormir arrullado por los sonidos de la jungla no tiene precio!) y ver otros animales como monos narigudos (probosquis), macacos (los grises), gibones (sólo los oímos), lagartos, un cocodrilo de refilón (solo le vimos la cola!!) y muchos pájaros, como los kingfisher que son preciosos. Italo siempre alerta cámara en mano les hizo cientos de fotos 😊

Un narigudo!!!

Anuska
Barcelona, España
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