Sa Pa, el norte mágico de Vietnam

Nota: este post debió de ser un publicado un 7 de septiembre...

Antes de despedirnos de Vietnam y su sofocante calor decidimos aventurarnos por el norte del país, a la conocida y bastante turística ciudad de Sapa y sus alrededores. Como el tour por la bahía de Ha Long nos fue muy bien, decidimos volver a contratar un tour para el norte. Así que al día siguiente de nuestro retorno de la bahía nos dirigimos a la estación de trenes para "disfrutar" de 10 horas nocturnas en un camarote de 6 literas. Tuvimos suerte y nos acompañaron una señora vietnamita con su niña (muy buena) y un par de guiris, así que pudimos dormir todo el viaje del tirón hasta las 5am que llegamos a Lao Cai. Aquí (a escasos kilómetros de la frontera de China) cambiamos a un minibus que tras una hora y pico de mareo constante para Italo nos dejó en Sapa, en un hotel muy majo.

Sapa

Después de un copioso desayuno (algunos con arroz, algunos con pancakes, otros con todo a la vez :P) a las 9am nos asignaron a una guía (la fantástica Sung) para recorrer el cercano pueblo de Cat Cat. Sapa es una de las principales ciudades con mercado de la zona y las minorías étnicas de los pueblos cercanos (los Nung, Dao, Tay, Cao Lan, Paxi, y los Xa Phong) bajan de la montaña con sus coloridas ropas para vender sus productos artesanales, ya sea en el mercado o  a pié. Pero recorrer los pueblos es mucho más interesante... Y menos concurrido, ¡así que mejor que mejor!

Nuestra guía, Sung

Nada más salir del hotel un torrente de agua bajaba por las calles mientras llovía y llovía y llovía... Mmmm, que paseo más agradable... Pero el caso es que lo fue porque nada más salir de hotel se nos "acoplaron" (literalmente) una pareja de locales a cada uno, sí esas señoras y niñas tan majas que cargan con un gran cesto de mimbre o el bebé de turno a la espalda para acompañar a los guiris en sus excursiones. Y por mucho que llueva se hace entretenido el paseo, aunque solamente respondas a las mismas preguntas una y otra vez: ¿cómo te llamas? ¿cuántos años tienes? ¿de dónde eres? ¿tienes hermanos? ¿es tu novio/marido? ¿tienes bebés? Así una y otra vez, porque todas ellas intentan hablar con todos los guiris (aunque tengas asignadas dos, las reglas las marcan ellas jijiij) y así ganar más oportunidades de éxito cuando al final de la excursión bombardeen a todos los guiris con la mágica pregunta: do you buy from me? (¿me compras a mi?).

Regalitos...

La verdad es que pensábamos que se harían más cansinas, pero se agradece mucho más esta manera de hacer que otras técnicas de venta más agresivas utilizadas por otros vietnamitas (piensa en un vendedor de mercado persiguiéndote calculadora en mano, o en una fila de 50 tuc-tucs con sus conductores preguntando lo mismo uno tras otro "tuc-tuc sir? tuc-tuc? sir tuc-tuc?", o en un vendedor ambulante de gafas "RayBan" que de repente aparece en medio de la conversación y que no nos deja escuchar ni lo que nos decimos al oído "SUNGLASSES SIIIIIIR???" Aaaarghhh!! NO, no, no thanks, así por siempre jamás!)

Ante los guiri-extraterrestres...

Otra cosa que nos sorprendió bastante es que todas estas mujeres aprenden el inglés simplemente hablando con los turistas cada día. Hablamos con unas niñitas de 5-6 años que ya sabían las primeras 3 preguntas del listado, aunque fuera de aquí la comunicación quedaba limitada a sonrisas varias... Por ejemplo, nuestra guía nos explicó que ella de pequeña había acompañado a turistas para venderles cosas y con los años y el inglés bastante fluido había conseguido el trabajo de guía. Los niños se desentienden completamente del trato con los guiris, eso son cosas de mujeres...

Do you buy from me?

Volviendo al paseo por el pueblo de Cat Cat, aprendimos una palabra nueva: Du lich = Guiri (turista). Así que al ver la palabrita en el cartel de entrada ya vimos como estaba montado el pueblito-parque-atracciones para guiris... Pero lo pasamos bien! Vimos como hilan el hilo, para después tejer la tela, teñirla, coserla... Vimos casas típicas llenas de artilugios para sus ceremonias (tambores...) Artilugios para moler el arroz... Cascadas (revividas por la intensa lluvia!) Todo esto rodeados de montañas, nubes, terrazas... Una maravilla!!

Nuestras acompañantes

Al día siguiente partimos de nuevo a las 9am para dirigirnos a pueblos más alejados dónde pasaríamos la noche para volver al hotel el día después. El primer tramo del camino fue un poco agobiante ya que pasas por la carretera "general" en la que los coches y motos no dejan de pitarte, tienes varios grupos de guiris parando aleatoriamente para hacer fotos (incluidos nosotros) y sin olvidar a las 2 acompañantes por guiri... Total, ¡mucha gente en la misma dirección y con una carretera estrecha y concurrida!

Rica siesta...

¡Pero el segundo tramo no fue mejor! Al salirnos de la carretera y bajar por unos caminillos de barro llegamos a una enooorme pendiente de barro ante la cual nos dijeron, ¡ale, id bajando! ¿¿¿Cóooomor??? ¡Es imposible no bajar rodando como una croqueta! Y aquí las señoras acompañantes son las que marcan la diferencia y cogen de la manita todos los guiris indecisos para ir bajando poco a poco los 20min de pendiente... A mi me cogieron dos, cada una de una manita, parecía que estuviera bajando la cuesta de barro esquiando... ¡Que vergüenza! Pero ante el miedo a caer... ¡¡Sin duda me cojo!!

Ale, comiencen a bajar...

Lo peor fueron 3 españoles que bajaban con unas crocs cada uno (sandalias grandes de goma, se ve que preguntaron y les dijeron que sí, que iban bien con eso...) y no pisaban, patinaban constantemente!! Sus acompañantes tenían que colocar sus pies (solo con chanclas) de modo que los españolen pudieran pisar sobre sus pies e ir bajando así poco a poco... Realmente fue una imagen rara, fea, desagradable... Porque imaginaros el cabreo que llevaban los 3... Y las acompañantes poniéndoles buena cara mientras dejaban que les pisaran a cada paso...

Sapa

Pasando el rato...

De charla con las niñas de sapa

En fin, una vez superada la bajada del terror ya pudimos al fin disfrutar de pasear por estos lindos pueblos, espectaculares montañas y preciosas terrazas de arroz. Al llegar al pueblo bajamos hasta el río para refrescarnos y eliminar todo el barro acumulado en las botas, pantalones, etc. Después tuvimos la suerte de saborear una típica cena del lugar; cerdo, rollitos de primavera de hanoi, patatas con mantequilla y ajo, arroz, tofu, verduras, pollo, etc. Y de postre, ¡vino de arroz! Que cayeron unos cuantos chupitos mientras nos reíamos de la polivalencia del arroz en estos países... ¡Si lo hacen todo con arroz! ¡Los noodles son de arroz! ¡El licor es de arroz! Jijijiji...

En las nubes...

Al día siguiente terminamos de recorrer un par de laderas de la zona y nos despedimos de nuestra guía Sung que taaanto nos hizo reír en esos tres días 😊

Sa Pa ¡¡me tiene enamorá!!

Anuska
Barcelona, España
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