Pulau Perhentian u otra manera de pasar un cumpleaños genial

Nota: este post debio de ser publicado un 19 de junio

Tailandia no quiso dejarnos ir. Llovió constantemente por nuestra partida. Después de un largo camino en una van (bus pequeño, combi pa los peruanos) y de unos cambios extraños de van a van, llegamos por fin a la frontera de Tailandia y Malasia. La lluvia parecía no querer dejarnos en paz.

En medio de este percal (como diría Ana) nos encontramos con una pareja inglesa, exactamente de Yorkshire, David y Liza, con quienes decidimos compartir la aventura en busca del pueblo desde donde salían los ferries hacia Pulau Perhentian: Kuala Besut. Después de hacer todo el trámite de la visa (5 minutos) compartimos un taxi (teksi en malayo jiji) que después de un larguísimo viaje nos dejó en Kuala Besut, un pueblito muy pequeño. Llegamos muy tarde para el último barco hacia las islas Perhentian, por lo que tuvimos que pasar una noche en este pueblo. Por suerte esta pareja era muy amena y llevaban también un tiempo considerable viajando, por lo que fue entretenido. Además compartimos habitación con ellos, así todos nos ahorramos unas pelas.

A la mañana siguiente nos dirijiamos ya hacia las islas Perhentian, después de pagar un impuesto por ser un Parque Nacional, claro está. Decidimos ir los cuatro a Coral Bay, la playa pequeña de la isla. Mala desición. Se dice que es más tranquila y bonita. Mentira. Tranquila es porque no tiene más de 100 metros y casi no hay playa, está lleno de barcos y sin espacio en la arena para tumbarte, el agua lo cubre casi todo. Por lo que decidimos ir a la playa larga o Long Beach. Aquí encontramos un bonito lugar donde quedarnos, al igual que la pareja inglesa.

Hostal Matahari II

La isla en general no tenía luz desde las 7am a las 7pm (a menos que se tuviera generador, que no era el caso), por lo que solíamos estar mayormente en la playa o en la terraza y desde donde veíamos pasar de vez en cuando una familia de lagartos, que si no eran dragones de Komodo, eran enormes...

Dragón de Komodo?

Después de descargar todo el equipaje, nos fuimos a la playita a descansar un poco del largo viaje desde Tailandia. La playa era una maravilla. Arena blanca, agua cristalina, de color turquesa y a medida que mirabas hacia el horizonte, el turquesa cambia hacia un azul intenso... Eso, una maravilla, por si no se hacen la idea...

Water Taxi

En uno de esos días también conocímos a unos chicos chilenos que venían de trabajar de Nueva Zelanda, Carlos y Rodrigo, quienes nos presentaron a unas hermanas catalanas, Marta y Clara. Hemos de decir que la pasamos muy bien con ellos, saliendo a tomar unas copas, que no hacíamos desde hace mucho. Probamos una bebida llamada Orang Utan, parecida al ron pero más suave. Muy rico. Siempre y cuando no nos sorprendiera una de las muchas tormentas que hubieron.

Un Kame Hame Haaaaaa del cielo

Al día siguiente, el cumpleaños de Ana, decidímos hacer una inmersión en unos de los puntos de por ahí, Sunrise Rocks. No tuvimos mucha suerte, ya que la visibilidad a 18 metros no era muy buena, pero luego subimos entre los 14 y 16 metros donde pudimos ver algunos peces en tamaño extra large, que no habíamos visto en Tailandia. De este día no pudimos sacar fotos porque la cámara se empañó, después descubrí que con un poco de pasta dental funcionaba a las mil maravillas.

Descansamos un poco en la playa, cuando recibimos un regalo que veníamos esperando desde hacía tiempo, y llegó a orillas del mar, a un par de minutos que una tormenta nos hiciera correr a refugiarnos de la lluvia. Nació Mateo.

¿Quién es Mateo?... algunos se preguntarán... pues nuestro sobrinito... lindísimo!!!

Mateo

Las chicas después nos comentaron que hicieron una excursión en snorkel y pudieron ver, además de varios peces, tortugas y tiburones... Así que por supuesto nos quedamos un día más y lo hicimos.

Este espacio se lo dejaré a Ana, ya que fue su regalo de cumpleaños y quién mejor que la agazajada para contarles cómo lo vivió...

Celebrar los 28 años en unas islas de película, dentro de este maravilloso viaje, y abriendo la boca al ver tiburones, tortugas, nemos, mantas, etc. ¡NO TIENE PRECIO! Jajaja, y es que fue todo lo ideal que podía ser. Pasamos el día de mi cumpleaños de excursión por los alrededores de Pulau Perhentian Kecil (la isla donde estábamos), y pudimos disfrutar de unas cuantas horas de snorkel apreciendo los fantásticos corales de la zona... Vimos un sinfín de nemos, hasta familias completas que salian de las anémonas para "atacar" a la cámara y defender así a los pequeños nemos (totalmente de película, taaaan tierno!!!) Perseguí a una manta azul con topos amarillos, increible!! Aguantamos la respiración mientras esperábamos que los tiburones de la zona nos rodearan con su tranquila (intimidante?) manera de nadar... (no conseguimos fotos de cerca, hay que hacercarse mucho a los animales... os dejamos una de ejemplo:

Blacktip Shark

Nos sumergimos hasta las profundidades para ver de cerca las inmeeeensas tortugas que caminaban xino-xano... Y terminamos el día disfrutando en la playa de otra tormenta increible... Mientras Italo me hizo soplar una vela 28 veces, porque encender 28 velas en la playa fue misión imposible!!! (En ese momento sentí el peso de los años jajajajaj) Aix, firmaría ya mismo porque mis futuros cumpleaños sean la mitad de chulos que este!!!!! (Aunque sí se ha echado mucho de menos una comilona con la family y unas copichuelas con los compis :))

Nemo family

Por supuesto, no puedo despedirme sin agradecer todas las felicitaciones del cumple.

Vuelve Italo a la carga...

Nos quedaba muy pocas horas, así que al día siguiente ya cogíamos un barco y un bus para dirigirnos a nuestro siguiente destino, muy distinto y alejado del mar: Cameron Highlands. Aquí va un avance...

Plantación de té

Maravilla de lugar!

Italo
Barcelona, España
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