Koh Tao, que maravillao!!

Sur de Tailandia, seguro que a la mayoría de vosotros ya se os llena la mente de imágenes paradisíacas: aguas cristalinas, coloridos corales, playas interminables de arena fina, relax en una hamaca... Que rico!!  Y nuestra llegada a esta fantástica isla del golfo de Tailandia confirmó esas idílicas imágenes... Aunque en nuestro caso comenzamos a disfrutar de estos paisajes al revés, es decir, por el fondo marino.

Corales colgados en un arbol

Antes de salir de Bangkok hicimos una investigación de todos los lugares de Koh Tao en los que podíamos sacarnos el curso de iniciación al submarinismo (Open Water). Nos acordamos de aquel lejano lunes de noviembre en Tossa de Mar, cuando hicimos nuestra primera inmersión en el mar y, apesar de las aguas frias, lo encantados que quedamos con la experiencia. Desde entonces, ya planificamos esperar a Tailandia para el Open Water, en principio lo hicimos sobre todo por los precios (aquí 200€ cada uno, allá 400€...) pero después también hemos alabado la decisión por un segundo motivo, ya que hacer las 5 inmersiones del curso en arrecifes de corales como los de aquí no tiene desperdicio!!! A más de uno se le olvidaron las técnicas que debía practicar al quedarse embobado ante un banco de barracudas o un pez payaso... Jijijiij

Total, nos decidimos por un centro llamado Buddha View, básicamente para poder disfrutar más adelante del 10% de descuento que ofrecen en las inmersiones de sus centros asociados en Indonesia, Australia, Mar rojo, etc. Y porque ofrecen alojamiento gratuito a los estudiantes 😉 Dentro de la isla los precios de los cursos están muy igualados, por lo que hay que buscar este tipo de ventajas extras para decidirse.

Koh Tao - Buddah View

Ya el primer día (más bien de introducción) nos enchufaron un vídeo con explicaciones básicas del equipo, etc. y con un montón de imágenes de los bichillos y bichazos que seguramente veríamos en el mar para ponernos los dientes largos... Con toda esa expectación a ver quién se pone a leer el tocho de libro que nos dieron... En serio, ¿¿ahora hay que ponerse a estudiar?? ¡¡Que palito, por favor!! Pues sí, los cuatro días del curso pasaron en un visto y no visto, entre inmersiones y "horas de estudio" (lee tú esa parte y luego me explicas...)

Al día siguiente ya nos explicaron como funciona el equipo, como montarlo y desmontarlo, comprobar que todo funciona bien, etc. Y primera inmersión... a la piscina!! Jops, yo que quería comenzar a buscar ya a Nemo... En fin, ahí a practicar algunas "skills" (como llamaba nuestro instructor James a las prácticas que íbamos haciendo): llena de agua las gafas y vacíalas, compensa los oídos (ecualiza, como dice Italo jijiji, porqe en inglés se le llama equalize), nada sin la máscara y vuelve a ponértela, ahora tira el "second stage" (o sea, el respirador, uno de los problemas que tendremos desde ahora es que al haber hecho el curso en inglés ahora no tenemos ni papa de como se llaman muchas cosas en castejano...) y búscalo sin mirar... Muy divertido y fácil en la piscina, al día siguiente descubrí que con el agua salada la skill de llenar y vaciar las gafas de agua iba a ser mi mayor miedito submarino... Snif!!!

De camino a la primera inmersion en el mar

Dicho y hecho, al día siguiente fuimos a por la primera inmersión en el mar. Preparar el equipo en el centro, camioneta hasta el puerto, pillar una barca y dirección a White Rocks, dentro de Mango Bay, una playa del norte de la isla. Durante el trayecto nos dedicamos a montar todo el equipo, ponernos los trajes de neopreno, escuchar las explicaciones de James sobre el lugar y las skills que haríamos, desayunar té, café, frutas y galletas, disfrutar del paisaje... Todo muy ameno y divertido, hasta que llega el momento de cargarte con los 16kg del equipo, ponerte las aletas y acercarte al borde del barco para dar el gran paso... Creo que gracias al barranquismo que hicimos en Tarragona hace unos meses, el salto no fue demasiado traumático para mi, pero con todo el equipo ya me veia hecha un lío de tubos... Naaaa, todo fue muy bien, bajamos a 6 metros de profundidad y comenzamos a deleitarnos con el paisaje submarino. Ahí comenzamos con las skills.

Una de las cosas que cuesta más es controlar tu buoyancy (es decir, tu flotabilidad), para ello has de llenar el chaleco con un poquito de aire, controlar el aire de tus pulmones, etc. Con diferentes ejercicios fuimos aprendiendo a controlarla, pero tengo que decir que tras todo el curso yo todavía subo y bajo varios metros a la que me despisto, no le acabo de pillar el punto y creo que es porque siempre tengo los pulmones al máximo de aire, no me fio del tanque, dime tonta... En fin, como comentaba antes, con la práctica de llenar las gafas de agua me dio por respirar por la nariz y ya os imaginareis, ataque de tos submarino = mini ataque de pavor... Conseguí controlarme gracias a la mirada insistente y tranquilizadora de James, pero finalmente decidí remontar los 6 metros hasta la superficie donde agradecí infinitamente el aire fresco en mi cara para poder acabar de toser tranquilamente 😊Desde ese momento esta práctica ha sido mi sufrimiento, y he intentado evitarla de todas las formas posibles (casi llego a esconderme de James) Pero ahora que tenemos el curso nadie volverá a pedirme esa skill de nuevo!!! jijijiji... excepto Italo que quiere que la practiquemos... pesado!!! 😊

Bonito, no?

Aparte de estos tontos miedos todo es una delicia... Hicimos 3 inmersiones más en diferentes puntos de la isla, Japanese Gardens, Southwest Pinnacle, y otra vez White Rocks, y llegamos a los 18 metros de profundidad. Es impresionante el mar a esa profundidad, montañas de corales con toda la fauna marina que os podáis imaginar... Fusileros de raya amarilla, meros gigantes, red breasted nass, banner fish, peces loro, pez payaso, anemonas, peces ballesta, serpientes marinas, rayas de puntos azules, anguilas, baracudas de rayas (prometemos buscar las traducciones pendientes y reales, que nos hemos inventado alguna)... Y la cámara Gopro en la superfície!!!! No nos dejaros llevarla porque al estar en el curso les da miedito que nos despistemos con la cámara... Pero de todos modos, para que no os perdáis esas maravillas, aquí os dejamos el vídeo del curso, el que nos podréis ver haciendo el pez payaso en más de una ocasión...

Video de nuestro Open Water en Koh Tao!!!

Para finalizar el curso, examen compartido por los 6 que eramos en la clase (:D) y ya tenemos nuestro carnet de submarinistas!!! Yupi!!! Ese mismo día, James comentó que al día siguiente se haría una inmersión de 30 metros, e Italo ni corto ni perezoso se apuntó sin dudarlo

😊 Yo también, pero me desperté con un constipado de narices y decidí dejarlo para otra ocasión... Le cedo la palabra para que os cuente su experiencia (llenísimo de orgullo) 😉

Llenísimo de orgullo he de decirlo, si señor, el primero de la familia que conquista estos lares jejeje. Pues esta experiencia empezo turbia. Nos levantamos a las seis y media de la mañana y ya nos dimos cuenta que Ana no podría ir. Al final llegamos a Chumpon, donde realizaría la inmersión, con un par de instructores, Ryan Kelley, que estuvo con nosotros y James en las inmersiones de Open Water, y Buzz, una pareja de amigos de Hawaii y Mark, compañero de inmersiones del Open Water. El mar estaba muy movido, con unas olas grandes y un cielo algo encapotado. Saltamos todos al agua y nos sujetamos de línea (cuerda de anclaje del barco) por la que decenderíamos hasta los 12 metros y después bajaríamos hasta los 30 metros, donde ya nos habían explicado que era probable encontrar una alfombra de erizos cubriendo la zona. Una de las cosas a practicar era lo que se llama Nitrogen Narcosis, que es cuando tu cuerpo no expulsa suficiente nitrogeno y te hace sentir como si estuvieses drogado y ver todo muuuuy boniiiiitooooo y que seas taaaan feliz en el maaaar!!! jajaja... lastimosamente a ninguno nos pasó, ya que dicen que es muy gracioso ver cuando a alguien le sucede.

Espacio abierto

Unos minutos despés del descenso, llegamos a una zona donde no se podía ver muy bien, debido a la cantidad de arena que se había movido. Empezamos a descender con mucho cuidado de no pisar los erizos, yo tuve suerte, ya que fuí el primero y encontré un lugar limpio, Mark fue listo y bajó a mi lado, donde aún quedaba espacio. Derrepente escuché un quejido muy grande, el chico Hawaiiano no tuvo mucha suerte, se paró sobre un erizo y al final se tuvo que quedar flotando encima de ellos porque no había mas espacio libre. Una vez en los 30 metros, Buzz vino con una botella de agua a medio llenar para demostrarnos lo que pasaba a esas profundidades... estaba completamente plana, al igual que una chocolatina, que además el color rojo desaparecía (en las profundidades es el primer color que desaparece).

Una vez conquistado y realizado estas pruebas, subimos unos metros para bucear y ver las maravillas que hay por debajo de los 18 metros... y las hay. Hay mayor cantidad de bancos de peces y peces de mayor tamaño. Tuvimos la suerte de encontrar un Giant Grouper, tan grande como una nevera, que se iba escondiendo tras una gran roca y segundos despues desaparecía con un simple movimiento de cola, moviendo el fondo marino y haciendo una neblina de arena a su alrededor. Por el camino también cruzamos un par de corriente calientes y frías donde varios bancos de peces se acomodaban para disfrutar de ello. Hasta que finalmente nos tocó el tiempo de salir del agua, haciendo un Safety Stop a 5 metros de la superficie por 3 minutos para compensar el nitrogeno del cuerpo y bajar las posibilidades de una descompresión...

Hemos de decir también que a Nemo lo encontramos y reencontramos y otra vez más... había cientos de ellos, eso si, los rojos y rosas, asi que nos queda la gran barrera de coral de Australia para encontrar al verdadero Nemo...

Y nos despedimos ya, desde Krabi, tras pasar por Koh Phi Phi, pero eso os lo contaremos en el siguiente post...

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