Hoi An y Hué, ruinas, casas antiguas y farolillos de seda
Nota: este post debió publicarse un 30 de agosto...
Siguiendo nuestro trayecto de sur a norte por Vietnam dedicamos unos días a conocer las ciudades de Hoi An y Hué, ambas pegaditas al mar y pertenecientes al Patrimonio Mundial de la Unesco. Suena bien, ¿no? Pues sí, la verdad es que apesar del agobiante calor pasamos unos días muy agradables recorriendo estas ciudades 😊
Hoi An es una encantadora ciudad en la que no cuesta nada imaginarse como sería la vida hace unos cientos de años. El río Thu Bon atraviesa la ciudad y en su desembocadura hubo un importante centro de comercio del sud-este asiático, por lo que chinos, japoneses, holandeses e indios se instalaron en la ciudad durante los siglos XVI y XVII. Esta mezcla de influencias extrangeras y locales ha dejado huella en la ciudad haciéndola única. Pagando un ticket de 90mil dongs (3€) tienes acceso a 5 de las muchas casas tradicionales, casas comunales, casas asamblea y museos de la ciudad vieja (a escoger). Ponen como pretexto la conservación de la arquitectura histórica de la ciudad, cosa que nosotros ponemos un poquito en duda... Pero bueno, nosotros lo disfrutamos bastante ya que pudimos entrar a más lugares de la cuenta por despiste de los vigilantes 😉
Hay que decir que hoy en día una marea de turistas pasea por la ciudad cada día, cosa que a veces le da un cierto ambiente de parque de atracciones... No sé si me explico... Seguro que sí. Y es que, además de los lugares históricos que comentaba, Hoi An es famosa por ser el mejor lugar del país para conseguir ropa a medida a buenos precios. Eso, junto con todas las tiendas típicas de artesanía/souvenirs, hace que los guiris se paseen con bolsas y más bolsas de sus últimas adquisiciones. Un poquito de envidia sí que nos dieron (sobre todo a mi), pero como ya vamos bastante cargaditos omitimos como siempre la compra de más trastos...
Pero cuando la ciudad muestra su mayor esplendor es al anochecer, cuando cientos de farolillos hechos con bambú y seda alumbran y colorean las orillas del río, los puentes y los mercadillos con (más) souvenirs. Una delicia pasear al fresco para poder entretenerse con bailes tradicionales, probando platos del lugar (como el rico cau lau, otra sopa de tallarines, pero con picatostes, cerdo, verduras, etc), haciendo fotos y más fotos, viendo velitas "liberadas" por los turistas navegar por el río, esquivando bicis y motos... Lo típico 😉
Tras dos días de paseitos por Hoi An, llegamos a Hué, uno de los principales centros culturales, religiosos y educativos de Vietnam. Nosotros nos dedicamos a recorrer la inmensa ciudadela fortificada, aunque nos decepcionó bastante porque hay muy poco en pié (todo restaurado, eso sí), ya que la ciudadela fue prácticamente destruida durante la Guerra de Vietnam. De todos modos pasamos un buen rato recorriendo la Ciudad Púrpura Prohibida (Tu Cam Thanh), dónde el emperador pasaba el rato. En esas épocas los únicos sirvientes que podían entrar eran los eunucos, que no suponían un peligro para las concubinas...
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejamos el álbum de fotos de Hoi An y el álbum de Hué. En la próxima entrada les contaremos como nos ha ido por la bahía de Ha Long y por las montañas de Sapa... Y esta noche nos vamos a Laos!! 😊
Saluditos!!