En Don Det estamos?!?!?

Nota: Este post debió de ser publicado un 01 de octubre.

A veces piensas que es difícil superar o al menos igualar un lugar donde lo pasaste bien, pero Laos es lo que tiene. Después de estar alrededor del Bolaven Plateau, bajamos en un bus de pocas horas a Don Det, a un archipiélago del Mekong llamado las 4000 islas, al sur de Laos, haciendo frontera con Camboya. Pillamos un bote que nos llevó a Don Det, una isla donde el tiempo se para.

Sunset

Al llegar vimos que no tenía carretera, solo un camino de tierra que gracias a las lluvias, ahora era de barro. De llegada nos recordó a nuestra añorada Gili Air en Indonesia. Encontramos unos bungalows a pie de río, de hecho hay muchísimos, pero este nos convenció por sus colchones y la amplia terraza con hamacas sobre el río.

Menuda siesta!

Esa misma noche fuimos a cenar a un restaurante/guesthouse llamado Paradise Guest House. Después de ordenar, empezamos a ojear el menú, ya que tenía algo más que los platos que ofrecían. Vendían música de un tal Lance N Donna, y tenían una historia de varias páginas sobre una pareja que vino a este sitio y conocieron al hijo menor de la familia, el cual tenía un serio problema en los dientes que no dejaba de quejarse y cogerse la cara. Esta pareja decidió llevárselo a la ciudad más cercana, con permiso de los padres, y arreglarle los dientes, pagándole todos los gastos. Pero no solo una vez, si no dos, ya que al año siguiente volvieron y tenía el mismo problema. Pero esta vez se aseguraron que cumpliera las reglas que el dentista le ponía. Además contaban la gran experiencia del niño con cosas nuevas que nunca había visto, como el ascensor de un hotel o fuegos artificiales, con todo lujo de detalles. Al final esta pareja se quedó a vivir en el bungalow número 3 para ayudar a la familia en lo que hiciera falta. Pues estos Lance N Donna eran la pareja que ayuda a la familia y de hecho los teníamos en la mesa de al lado. Y fue donde más fuimos a desayunar, comer y cenar, porque estaba muy rico y servían una cantidad muy generosa, además de la amabilidad de la familia.

Al día siguiente alquilamos unas bicis y nos fuimos a dar un paseo por la isla y visitar a la vecina Don Khone, unida por un puente. El paseo fue de lo más agradable, verdes campos de arroz, con vacas, bufalos, todo abierto, un cielo azul con unas nubes preciosas, que más podíamos pedir... barro? no lo pedimos, pero ahí estuvo.

Espera que me pongo mona para la foto...

Fuimos a una "cascada" que nos recomendaban en Don Kohne, al final fue un rápido más que una cascada, pero impresionaba ver la fuerza del Mekong. Así seguimos nuestro camino alrededor de esta isla y llegamos a un pequeño sitio donde decidimos comer, a buena hora, antes que cayera el diluvio universal.

Las "Cascadas"

Luego de regresar las bicis, recorrimos nuestra isla a pie, embarrándonos casi hasta las rodillas, lo difícil que era caminar por la calle, habían lluvias constantes y cambiaban completamente la calle, creando nuevos charcos o agrandando otro ya existentes. Aunque lo peor fue de noche, sin linterna, no volvimos a salir sin ella, buscando un restaurante abierto, a las 20h, sin tener suerte... así que esa noche no comimos.

A partir de ahí, nos acostumbramos a los horarios de Laos y nuestra vida se paró como el tiempo en Don Det, y así estuvimos por los cuatro días que nos quedamos en la isla.

Italo
Barcelona, España
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