El Taj Mahal o cómo quedarse con la boca abierta
Pero antes de eso, os contamos como fueron los "días de descanso" en Agra.
Y es que tal y como nos temíamos, la comida índia ha podido conmigo (Ana)... Al tercer día de nuestra llegada a Delhi, justo cuando llegamos a Agra y vimos de lejos el maravilloso Taj Mahal, sucumbí a una gastroenteritis aguda... Y poca broma, mamita mía, que sufrimiento!! Dado mi temor a deshidratarme completamente tras horas de "malestar", acabamos visitando un hospital dónde me enchufaron varios medicamentos y en el que echamos de menos con todas nuestras fuerzas los hospitales de casa... Tengo que decir que nos trataron estupendamente, pero el montón de suciedad que había allí dentro ponía los pelos de punta a cualquiera. Tras tres días de descanso y mil atenciones de Italo (lo adoro, lo adoro, lo adoro!!!), he conseguido reponerme y recuperar fuerzas, aunque ya me he resignado a que mi barriga no volverá a ser la misma en un tiempito...
Así, el sábado nos decidimos a visitar la maravilla que habíamos tenido a escasos 500m durante cuatro largos días y a la que nos habíamos hartado de fotografíar desde la terraza del hostal. Nada más llegar, control policial para que no se colara nada prohibido: comida, trípodes, etc. Y el pago correspondiente de 1500 rupias (23€) para las entradas de ambos, una exageración a nuestro parecer pero... Todo mereció la pena.
Una vez cruzas el primer jardín y llegas al pórtico previo, el Taj Mahal comienza a verse al fondo como un espejismo fantasmal... Desde ese momento ya no puedes quitarle los ojos de encima y cuando consigues esquivar al resto de visitantes y cruzar el pórtico, es inevitable un cierto escalofrío de emoción al descubrir en todo su esplendor esta maravilla... Sin palabras.
Tras unos minutos de evasión, vuelves a tu ser y lo único que te preocupa es conseguir colocarte ante las fuentes para conseguir cuántas más fotos mejor de ti y el Taj Mahal :):):) Sísisi, en ese momento lo que importa es que la foto sea perfecta, yo solo pensaba en que seguramente jamás volveremos a vivir ese momento, así que casi a codazos entre el resto de visitantes buscas el mejor ángulo y... Ahora no me canso de mirar estas fotos!!!!!! 😀
Después de la emoción inicial ya solo queda disfrutarlo... Pasear por los jardines mezclándote entre la gente, hacer fotos de cada detalle, darle dos o tres vueltas alrededor para no perderte nada, visitar el mausoleo e intentar captar las explicaciones de los guías que no estábamos dispuestos a pagar... Una gozada! Y es que sin duda, podemos afirmar que nunca olvidaremos esta visita y lo que nos ha hecho sentir. Por muy típico que pueda parecer, realmente es algo tan bello que te conmueve por dentro. Su majestuosidad, sus filigranas... Como decía, todo mereció la pena 😄
Al día siguiente nos propusimos volver a Delhi, desde donde partiríamos el lunes en un avión hasta el sur (las 40 horas de tren desde el norte hasta el sur finalmente nos han echado para atrás...). Y digo propusimos porque no fue tan sencillo como parecía... Llegamos a la estación de trenes a las 10 y pico de la mañana, dónde nos enteramos de que había una lista de espera de más de 100 personas para viajar de vuelta a Delhi. ¿¿Cómorrr?? Me explico, podíamos viajar en uno de los muchos trenes que pasaban por escasos céntimos, pero el nivel de aglomeración era como el de las películas... La lista de espera es para los trenes más "nice", en los cuales tu espacio vital se respeta un poco más... Finalmente conseguimos que nos dieran un mismo billete para los dos (igual aquí fuimos nosotros los que colaboramos en cargar un poco más el tren, jejeje) con un sello de urgencia. No tuvimos que insistir ni nada, el mismo señor de la taquilla (suponemos que al ver nuestras caras de bajón al pensar en tener que estar más días en Agra) nos lo propuso 😊
Y así fue, a las 18h partíamos hacía Delhi, supuestamente llegaríamos en 3,5h... Pero no. El viaje duró 7 horitas.... En fin, Incredible India 😉 La parte buena de este viaje fue que conocimos a un chico de aquí, muy simpático y amable, al que llamaban Sunny (jeje, bromita servida). Italo aprovechó para preguntarle mil cosas que habíamos comentado esos días (porque hay señores que van cogidos de la mano por la calle?? respuesta: eing? pues deben de ser muy amigos...) Nos explicó muchas cosas sobre sus costumbres, nos indicó sitios bonitos que ver en el sur y nos dio su contacto por si necesitábamos cualquier cosa. Un placer!
Ayer lunes simplemente nos dedicamos a esperar nuestro avión en un fantástico aeropuerto con aire acondicionado 😊 Tras una escala en Bombay, a las 17h comenzamos a ver un paisaje... Verde!!!! Tras el calor sofocante del norte y su ambiente árido y polvoriento, hemos pasado al calor sofocante del sur con su ambiente húmedo pero más agradable al encontrar palmeras y mucha, mucha, mucha menos gente por sus calles... Pero Kochin ya os lo contamos en otro post 😊
Os dejo con un par de imágenes del fantástico desayuno que hemos disfrutado esta mañana, hasta la próxima!!!!