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Vista la Gran Barrera de Coral comenzamos a descender hacia el sur, nos quedaban 3000km por recorrer (que al final fueron más de 5000...) y dos semanas y pico para disfrutar de la grandiosa costa este australiana... "Pero, ¿¡por dónde empezamos?! ¡Si casi ni hemos tenido tiempo de ojear la guía!" "Bueno, bueno, vamos tirando y ya veremos lo que más nos guste para quedarnos... Es la gracia de ir en furgo, no?" "Ah, claro, tanto cerrar billetes de autocar que ahora me cuesta pensar que podemos parar donde queramos..." ^^

En ruta!

En un par de días ya teníamos el punto cogido el punto a la furgo: tabla, tabla, colchoncillo, colchoncillo, y tenemos la cama; barra, manivela, tabla, y tenemos la mesa; depósito de agua por aquí con la bomba de grifo para el fregadero; nevera enchufada solo de día que no sé cuánta batería tendremos; ah, ¿que los enchufes no van con la batería? ¿así que si no pagamos electricidad en un camping no funcionan? ¡Pues adiós electricidad porque el plan es dormir de gratis cada día! Ui, ¡si no pasamos de 80km/h ahorramos un montón! Ale, ¡a formar tráfico en las carreteras y cabrear a los camioneros! La pasta al dente está más rica y gastamos menos gas de la cocina... Grrr... 😉

Nada más salir de Cairns paramos a dormir en Babinda, un pueblito que nos pareció sacado del viejo oeste, con sus tienditas, comisaría bonita, tabernas, ¡muy bonico! Al seguir hacia el sur, vimos que muchos pueblitos siguen ésta estética y el ámbiente árido y caluroso acompaña esta imagen.

Caseta de información!

Las comparaciones con Asia no cesaban, nos extrañaba ver solamente a un par de vecinos por la calle de los pueblos donde parábamos... ¿Dónde está el tumulto incesante de gente? Quedó atrás ese descontrol...

En seguida nos fijamos también en los aborígenes, que en la zona de Cairns fue dónde más los vimos. La verdad, nos sorprendió bastante ver que la mayoría son pobres (tampoco es que los australianos de esta zona se vean muy rimbombantes, pero más que los aborígenes sí, sin duda). Quiero decir, todos los pobres que se veían son aborígenes y además parece que tengan problemas con el alcohol... Nos dió bastante pena el comprobar el problema que Australia tiene hoy en día con los aborígenes de su tierra, ya que es obvio que éstos han perdido su lugar y parece ser que la comunidad no encuentra la forma de integrarnos. Nos sorprendió todavía más leer que el gobierno de Australia, en uno de sus muchos intentos por eliminar a los aborígenes en los dos siglos anteriores, todavía en los años 60 del siglo pasado intentó una técnica que consistía en arrebatar a los bebés aborígenes de sus madres para darlos a madres blancas. La idea era que así los aborígenes se mezclarían de forma natural entre el resto de población. No hace falta decir que no funcionó. En fin.

Bienvenidos a Innisfail

Por otro lado ¡los australianos son taaan amables! Todos te sonríen, saludan, dan los buenos días, preguntan como estás... Aunque yo en seguida comprobé que los meses de práctica del inglés en Ásia no me iban a servir de mucho... ¡No entiendo nada cuando me hablan! Porfi, porfi, porfi, que se limite a darme los buenos días... (cada vez que me cruzaba con alguien).

Innisfail, Cardwell, Ingham, Townsville, Ayr y ¡Airlie Beach!

En ruta!

La siguiente parada la hicimos en Airlie Beach y comenzamos a ver como se la gastan los australianos. Yates, veleros y barquitos de todo tipo (no somos expertos!) se sucedían en un mar azul turquesa intenso rodeados por chalés y casitas en las montañitas de la zona. ¡Mamma mia! Pero no podía ser todo tan bonito, un mar precioso, sí, pero aquí no se baña nadie por las medusas asesinas... Bueno, no pasa nada, montamos unas pedazo de piscinas aquí en la playa con su arenita blanca, palmeritas, merenderos, césped, etc. ¡Y todos tan contentos! Todo artificial, ¡pero el bañito en las piscinas nos sentó genial! 😉

El mar en el que nadie se baña por las medusas asesinas...

Así que hay unas fantásticas piscinas al lado del mar

La ruta siguió por Proserpine, Mackay y Rockhamptom, lugares en los que sacamos alguna foto que encontraréis en el álbum y en los que ¡pasamos muuuucho calor! La conducción se hizo bastante pesada, ¡eso de que el reflejo del sol cansa es totalmente cierto! En esta zona nos dimos cuenta de que los australianos no son tan pesados al atiborrar sus carreteras de carteles para recordar a los conductores el necesario tiempo de descanso en largas rutas... Aunque sí es cierto que eran bastante contundentes, los mensajes que repetían: Drink & DrIvE / Stop, Revive, Survive / Rest or R.I.P. (¡el mejor!)

Jumpin' Italo

En el siguiente post os contaremos como nos fué por el pueblo 1770, Agnes Water, Sunshine Coast, Brisbane... ¡Pues no queda na'! 😉

Anuska
Barcelona, España
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